La enfermedad celiaca es una condición crónica en la cual el sistema inmune reacciona negativamente al gluten, una proteína comúnmente encontrada en el trigo, la cebada y el centeno. La única forma efectiva de controlar los síntomas de la enfermedad celiaca es a través de una dieta estricta sin gluten. Sin embargo, incluso con una dieta adecuada, existen algunos riesgos adicionales asociados con la enfermedad celiaca que es importante conocer. En este artículo, exploraremos algunos de estos riesgos y proporcionaremos información útil para aquellos que viven con esta condición.
Riesgo de contaminación cruzada
En ocasiones, a pesar de los mejores esfuerzos, los alimentos libres de gluten pueden estar expuestos a contaminación cruzada, lo que significa que pueden contener pequeñas cantidades de gluten. Esto puede ocurrir durante la preparación en un ambiente compartido con alimentos que contienen gluten o a través de ingredientes etiquetados incorrectamente. Es importante ser consciente de este riesgo y tomar medidas de precaución adicionales.
Por ejemplo, un estudio realizado en 2018 encontró que el 32% de los productos etiquetados como “sin gluten” contenían niveles detectables de gluten, lo que indica la posibilidad de contaminación cruzada.
Deficiencias nutricionales
Seguir una dieta sin gluten puede resultar en deficiencias nutricionales si no se planifica adecuadamente. Muchos alimentos que contienen gluten también aportan nutrientes esenciales como vitamina B, hierro y fibra. Cuando estos alimentos se eliminan de la dieta, es importante asegurarse de obtener estos nutrientes de otras fuentes.
Por ejemplo, un estudio realizado en 2017 encontró que las personas con enfermedad celiaca tenían más riesgo de deficiencias de hierro, vitamina B12 y vitamina D en comparación con aquellos sin la enfermedad.
Aumento de peso
Algunas personas con enfermedad celiaca experimentan un aumento de peso después de comenzar una dieta sin gluten. Esto puede deberse a un mayor consumo de alimentos procesados sin gluten, que a menudo tienen un mayor contenido de grasas y azúcares para mejorar el sabor. Además, aquellos que experimentaron una pérdida de peso significativa antes de ser diagnosticados pueden ver un aumento de peso después de comenzar la dieta sin gluten.
Por ejemplo, un estudio de 2014 encontró que el 81% de las personas con enfermedad celiaca aumentaron de peso después de comenzar la dieta sin gluten. La ganancia media de peso fue de 3.5 kg.
Estrés y ansiedad
Vivir con enfermedad celiaca puede ser estresante y generar ansiedad debido a la necesidad de evitar el gluten en todas las circunstancias. Esto puede llevar a una disminución de la calidad de vida y un aumento del estrés. Además, algunas personas pueden experimentar ansiedad social o miedo a comer fuera de casa debido a la posibilidad de contaminación cruzada.
Por ejemplo, un estudio de 2019 encontró que las personas con enfermedad celiaca reportaban niveles significativamente más altos de ansiedad en comparación con la población general.
Riesgo de trastornos autoinmunes adicionales
Las personas con enfermedad celiaca tienen un mayor riesgo de desarrollar otros trastornos autoinmunes, como la diabetes tipo 1, la tiroiditis de Hashimoto y la enfermedad inflamatoria intestinal. Aunque la relación exacta no se comprende completamente, se cree que existe una base genética compartida y una respuesta inmunológica similar en estas enfermedades.
Por ejemplo, un estudio de 2015 encontró que las personas con enfermedad celiaca tenían un riesgo 2 veces mayor de desarrollar diabetes tipo 1 en comparación con aquellos sin la enfermedad.
Conclusiones
Aunque seguir una dieta sin gluten es fundamental para controlar los síntomas de la enfermedad celiaca, es importante ser consciente de los posibles riesgos asociados. La contaminación cruzada, las deficiencias nutricionales, el aumento de peso, el estrés y la ansiedad, así como el riesgo de otros trastornos autoinmunes son aspectos importantes a considerar. Trabajar en estrecha colaboración con un médico y un dietista puede ayudar a minimizar estos riesgos y maximizar el bienestar de aquellos que viven con enfermedad celiaca.